martes, junio 21, 2011

Inundación

El rio desborda
y otra vez la serpiente
abre su gran boca.
Quisiera verlo devorar las piedras,
los troncos, las paredes, las pieles.
Escuchar su rugido brutal
ahogando toda desesperanza
como último sonido.
Sumergir al mundo
en su serpenteo alocado
Devorar mares, estrellas y soles
en un gigante bocado
Correr por las montañas
como un niño feliz
en su cumpleaños.
Devolver a la naturaleza
lo que le ha sido robado.
Después de tanto humano maltrato.
¡Cómo no agradecerle
si todo lo que hay
ha sido por ella entregado!
¡Que se caiga el cielo en pedazos!
¡Que se abra la Tierra
y lo vuelva todo barro!
¡Quizás así el hombre
descubra un día
que su razón mezquina
no es todavía
ni siquiera
un gusano!