martes, agosto 15, 2006

Quemado despierto entre recuerdos
Y alucinaciones del mañana
Levanta mi alma
Un amigo que saluda
Y cuenta de otro limado
Que a patadas
Descarga furiosa rutina
Contra las chapas
De un ene siete
Se retiran ambos de mi cabeza
Y vuelve a aparecer
Un rostro que difícilmente
Vuelva a encontrar
Con ojos vidriosos
Verdosos ojos rojos
Ni las sonrisas en que brillas
Ni tu cuerpo blanco que abraza
Se pierden en la distancia
Cada vez que me dejas
Cada vez que te alejas
Perderte es tu destino
Y perderme parece ser el mío

4 comentarios:

Inés dijo...

Como le dije recién mi querido amigo, es usted un ser que mantiene puertas y ventanas abiertas a que realidades nuevas son posibles... quizás, en nuestro afán por hacer que esos universos paralelos de los cuales escribimos sean, a nuestros ojos, verdades, ya estemos construyéndolo...

doneufracio dijo...

sin dudas!

doneufracio dijo...

... lo tuyo es la luz, lo mio es la sombra ... y como dice mi filosofo de cabecera ... rara vez esta vida tiene sentido y asi vez que hasta mi sombra brilla en esta ciudad ...

Inés dijo...

las sombras son lo oculto de lo corpóreo, de lo que, de materia, está compuesto... salgo a caminar por la ciudad en busca de esas silenciosas formaciones, en la noche, en el aire, son nada... y, si nadie sabe nada, (menos se yo), formamos todos una nada tan grande que, de esa manera, nada, a la nada, es superior...