jueves, abril 05, 2007

LABERINTO/4

SOLEDAD
No puedo pensar más es cierto, y mucho menos cuando llego a la conclusión de la que siempre escapé, pero a la cual siempre acabo por llegar: la soledad y sus caminos. Sus caminos que me encierran una y otra vez, esté donde esté y vaya por donde vaya. Me persigue, por más que corra ella me deja ventaja, me deja pasar corriendo a su lado, que me burle de ella, descansa, me ve pasar y sonríe con desprecio, con la mirada rencorosa del vengador y cuando hay entre nosotros una prudencial distancia se levanta, estira sus fibras y en un abrir y cerrar de ojos corre hasta mí, pega un salto sobre mis caderas, resbala ante mis pies, abrazándolos bien fuerte y ve con gusto mi cuerpo caer. Ahora ahí me encuentro, escribiendo que es lo único que me deja hacer en paz, y lo hace por gusto y por puro placer, porque a esta señora soledad le gusta verme inmóvil, y por eso disfruta tanto el camino de mis letras, porque en ellas a pesar de haber historias, sólo hay una quietud real. Levanto la vista y veo de nuevo el cóndor en pleno vuelo:

Alabanza al Cóndor
Alabado cóndor alado que por alturas andas
No dejo de admirar tus alas pasar
La inmensidad de tu sombra sombría y señorial
En el vuelo agudo de tu eterna oscuridad
Entregado al abismo entre nubes y cielos
Solitario que tú sólo conoces
Vistes ríos, cerros, senderos, montañas y mar
Entre ellos aire es aliento, inspiración y camino
La tierra es para ti el alimento y nada más
Y entregas los mortales a tus criaturas y su hogar
No dejes nunca el vuelo del viento que aspiras
Porque la tierra avarienta espera ver tus alas caer
¡Que por los siglos invada mi alma tu eterna paz,
la sabiduría y la eternidad negra de tus ojos,
la voracidad y el silencio firme de tu bocaza,
la soltura y la firmeza precisa de tus garfios,
la seguridad y la dirección pelada de tu cabeza,
la corriente y la vitalidad rojienta de tu sangre,
la fortaleza y la docilidad gigante de tus alas!
¡Sea por siempre tuya mi alma y mi andar
cóndor alabado que veo al pasar!






2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que de castradora no tiene nada!
Que de inmovil, tampoco!
Pues una vez que aprendas a abrazarla, te vas a dar cuenta que la soledad son esos momentos que la vida te regala para que te conozcas mejor, para que te mires adentro (aunque no te animes, porque aterra) y puedas crecer en lo más mínimo para llegar a lo más grande.
No te engañes amigo, yo te quiero, pero no te engañes: la soledad, como cualquier otro sentimiento abstracto que se materializa surrealistamente en tus escritos, en tus acciones, palabras, dibujos, colores en tu comida y demás, es un estado de la mente, y depende de vos sentirla amiga o enemiga

doneufracio dijo...

"...Recuerdos que mienten un poco
(siempre fué así)
Nuestro miedo helará este infierno creo...
Sopla un viento frío en la ciudad!!!"
Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota

Anónimo:por más necesaria que sea no siempre la soledad es la mejor compañera!